La actividad arqueológica efectuada en Siria ha sido mucho menor que la de otros países del Cercano Oriente. Con todo, donde se han efectuado excavaciones han sido excepcionalmente recompensadoras, en realidad mucho más fructíferas que en Palestina.
Fuera de algunas exploraciones menores del siglo XIX, la mayoría de las excavaciones más importantes se hicieron entre las dos guerras mundiales. Mencionaremos sólo las más importantes. Montet efectuó excavaciones en Biblos con mucho éxito, desde 1922 hasta 1926 y luego Dunand hasta 1939.
Biblos era el principal puerto para la exportación de la preciosa madera de cedro del Líbano en la antigüedad. Puesto que los griegos conseguían los rollos de papiro egipcio - el principal material de escritura de la antigüedad - mediante los mercaderes fenicios de Biblos, dieron nombre a esos rollos de acuerdo con la ciudad de donde los obtenían: nombre del cual se deriva nuestra palabra moderna Biblia, para designar al Libro de los libros.
En Biblos se han encontrado una cantidad de tumbas reales con un contenido muy rico, que junto con otros objetos de arte descubiertos durante las excavaciones, han aumentado nuestro conocimiento del arte y artesanía de los fenicios.
Estos hallazgos de Biblos nos ayudan a apreciar el esplendor y belleza del templo de Salomón, puesto que su principal decorador de interiores era fenicio, aunque medio hebreo por nacimiento. (Ver 1 Reyes 7:13, 14).
Además se encontraron en Biblos muchas inscripciones fenicias. En la última parte del segundo milenio AC, éstas se redactaron en una escritura generalmente llamada fenicia que, sin embargo, en realidad era hebreo anterior al exilio.
Así, debido a estos descubrimientos de Palestina, se puede rastrear la evolución de la escritura hebrea desde las inscripciones en el alfabeto más antiguo, halladas en el Sinaí, hasta las últimas inscripciones fenicias y hebreas, que nos llevan en una sucesión ininterrumpida hasta el tiempo del exilio.
Mediante buzos se exploraron las viejas instalaciones portuarias de la antigua Tiro, ciudad acerca de la cual la Biblia tiene mucho que decir.
Se descubrieron fortificaciones de los hicsos en Qatna, sobre el Orontes, y en un pequeño templo se halló una colección de textos que aclararon algunos problemas lingüísticos de la Biblia hebrea.
También se efectuaron importantes descubrimientos en Trípoli, Beirut, Sidón y otros lugares.