Los textos de Nuzi, así como el Código de Hammurabi, revelan que era costumbre que cada padre escogiera novia para su hijo.¹
La historia bíblica del período patriarcal destacan que esta misma costumbre fue seguida por los patriarcas:
"Y dijo Abraham a un criado suyo, el más viejo de su casa, que era el que gobernaba en todo lo que tenía: Pon ahora tu mano debajo de mi muslo, y te juramentaré por Jehová, Dios de los cielos y Dios de la tierra, que no tomarás para mi hijo mujer de las hijas de los cananeos, entre los cuales yo habito; sino que irás a mi tierra y a mi parentela, y tomarás mujer para mi hijo Isaac" (Génesis 24: 2-4).
"Entonces Isaac llamó a Jacob, y lo bendijo, y le mandó diciendo: No tomes mujer de las hijas de Canaán. Levántate, ve a Padan-aram, a casa de Betuel, padre de tu madre, y toma allí mujer de las hijas de Labán, hermano de tu madre" (Génesis 28: 1, 2).
Únicamente los hijos desobedientes como Esaú actuaron contra los deseos de sus padres, y se casaron con esposas que éstos no aprobaron:
"Y cuando Esaú era de cuarenta años, tomó por mujer a Judit hija de Beeri heteo, y a Basemat hija de Elón heteo; y fueron amargura de espíritu para Isaac y para Rebeca" (Génesis 26: 34, 35).
"Y dijo Rebeca a Isaac: Fastidio tengo de mi vida, a causa de las hijas de Het. Si Jacob toma mujer de las hijas de Het, como éstas, de las hijas de esta tierra, ¿para qué quiero la vida?" (Génesis 27: 46).
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¹ T. J. Meek, Ancient Near Eastern Texts Relating to the Old Testament, p. 173, Law Nº 166; C. H. Gordon, "Biblical Customs and the Nuzi Tablets", The Biblical Archaeologist, vol. 3 (1940), p. 10.