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6.16. Historia de las investigaciones arqueológicas en Jerusalén - I

Por más de 100 años se llevaron a cabo investigaciones de naturaleza erudita en Jerusalén: por estudiosos, ministros y otros que viven en ella, y por excavaciones organizadas.

Al primer grupo perteneció Charles Clermont-Ganneau (1846-1923), quien fue a Jerusalén en 1867 y vivió en Oriente por muchos años. Sus descubrimientos, estudios topográficos y publicaciones pusieron un sólido fundamento sobre el que construyeron otros eruditos.

Entre sus descubrimientos más importantes están la inscripción de advertencia en griego del templo de Herodes y dos inscripciones sepulcrales (del tiempo de Ezequías) encontradas en Siloé.

Otro residente de Jerusalén que vivió en ella por muchos años, el Dr. Conrad Schick (1822-1901), fue incansable en sus investigaciones para reconstruir la antigua historia de la santa ciudad.

Gustaf Dalman (1855-1941), director del Instituto Arqueológico Alemán de Jerusalén, desde 1902 a 1914; L.-H. Vincent, de la Escuela Bíblica Francesa durante medio siglo; y W. F. Albright, que dirigió por 10 años la American School of Oriental Research en Jerusalén, ocupan primerísimos lugares entre los que clasificaron la extremadamente difícil historia topográfica y arqueológica de la antigua Jerusalén.

Las excavaciones sistemáticas comenzaron en 1867 cuando Charles Warren trabajó en Ofel para el recientemente establecido Palestine Exploration Fund. Por medio de profundos pozos y túneles (hasta de 25 m) ubicó algunos de los restos de murallas más antiguas.

A estos descubrimientos pertenece el "muro de Ofel de Warren", al sur de la esquina sudoriental de Haram esh-Sherîf, que data del tiempo del antiguo Israel.

También encontró el pozo que los jebuseos habían cavado para tener acceso al agua de la fuente de Gihón, y también hizo las excavaciones de la Puerta de la Cadena en Haram esh-Sherîf, que prueban que la calle actual a esa puerta conduce por sobre el "Arco de Wilson", un antiguo viaducto que cruzaba el valle de Tiropeón.

Desde 1880 hasta 1881, Hermann Guthe, ayudado por Conrad Schick, llevó a cabo algunas excavaciones alrededor de la salida del túnel de Siloé, en la falda sur de la colina sudoriental, y descubrió unos pocos tramos de la antigua muralla en el lado este de la colina sudoriental.

Desde 1894 hasta 1897, F. J. Bliss y A. C. Dickie exploraron las fortificaciones del sur de la antigua ciudad por encargo del Palestine Exploration Fund. Descubrieron una antigua pared reforzada al sudeste del estanque de Siloé, hallaron algunas secciones del muro más nuevo que cruzaba el valle de Tiropeón que continuaba en la falda sur de la colina sudoriental.


Durante excavaciones clandestinas realizadas entre 1909 y 1911 por el capitán M. Parker en busca de los tesoros escondidos del templo, se limpió el túnel de Siloé, y Vincent pudo hacer un mapa del mismo y de otras partes del sistema de agua relacionado con la fuente de Gihón.

En 1913, Raymond Weill comenzó una ambiciosa excavación por encargo del barón E. de Rothschild, con planes de descubrir sistemáticamente toda la parte sur de la colina sudoriental.

El estallido de la Primera Guerra Mundial interrumpió este trabajo. Pero descubrió una gran torre circular, probablemente de origen hebreo, y encontró una inscripción griega de la sinagoga de Teodoto.

Continuó sus excavaciones por una sesión más (1923/24) durante la cual halló una parte del muro del sur y también una tumba que pudo haber pertenecido a la necrópolis real de los reyes de Judá.

Como las tumbas de esta área fueron destruidas hace mucho tiempo, y no había material estratigráfico no perturbado, su naturaleza permanece incierta.

R. A. S. Macalister y J. G. Duncan cavaron en el lado oriental de Ofel, desde 1923 hasta 1925, para el Palestine Exploration Fund.

Su principal descubrimiento fue parte de un bastión y una torre apoyada en él, que interpretaron como perteneciente a las fortificaciones jebuseas y de David, pero que investigaciones posteriores mostraron que datan del tiempo de Nehemías.