EL DIOS QUE YO CONOZCO

4.07. El relato babilonio del diluvio

Una de las tablillas encontrada entonces provocó gran sensación veinte años más tarde, en 1872, cuando el joven asiriólogo Jorge Smith comprendió que una de ellas contenía el antiguo relato babilonio del diluvio.

El interés en la arqueología bíblica recibió así uno de sus más grandes impulsos en el siglo XIX.

Presentamos aquí, en la traducción de Smith que ahora es algo anticuada, el pasaje que captó su atención y le permitió identificar el relato:

"En el séptimo día en el curso de él

envié una paloma, y salió. La paloma fue y buscó y

un lugar de descanso no encontró, y regresó.

Envié una golondrina, y salió. La golondrina fue y buscó y

un lugar de descanso no encontró, y regresó.

Envié un cuervo, y salió.

El cuervo fue, y los cadáveres sobre las aguas vio, y

los comió, nadó y vagó a lo lejos, y no volvió".

Las noticias de este descubrimiento corrieron como un relámpago por el mundo cristiano y ocasionaron gran entusiasmo y revuelo.

El Daily Telegraph, uno de los grandes diarios de Londres, inmediatamente se ofreció para enviar a Smith para buscar lo que quedaba de la tablilla del diluvio.

Smith tuvo la fortuna de hallar exactamente lo que buscaba: una "suerte" que sólo pocos arqueólogos han compartido con él.

Después de la primera expedición, siguieron una segunda y una tercera, pero desgraciadamente para la joven ciencia de la asiriología, Jorge Smith murió en su tercer viaje a la Mesopotamia.