Como el último de los lugares importantes excavados en Mesopotamia, debe mencionarse la ciudad de Mari.
Era completamente desconocida la ubicación de la ciudad, una vez famosa metrópoli de los amorreos.
Los arqueólogos habían buscado en vano durante mucho tiempo las ruinas de esa ciudad tan frecuentemente mencionada en textos antiguos.
Finalmente, W. F. Albright sugirió Tell el-Hariri, en el curso medio del Eufrates, como su lugar posible. Esto fue comprobado por una expedición francesa encabezada por Andrés Parrot que comenzó a excavar el lugar.
Fue descubierto un gran palacio del tiempo de Hammurabi (siglo XVIII AC), y se descubrió un archivo de muchos miles de tablillas.
Esos documentos son de un tiempo cuando la ciudad de Mari estaba en manos de los amorreos, que usaban la escritura y el idioma de Babilonia para su correspondencia y documentos.
Los textos de Mari, de los que existen ya varios tomos, han revolucionado nuestro conocimiento de la historia del Cercano Oriente durante la era patriarcal y han requerido una datación más reciente que la que antes se asignaba a la historia de Mesopotamia precedente a 1500 AC.