Los ejemplos anteriores muestran claramente que el hombre antiguo era consciente de su estado pecaminoso, que tenía un intenso deseo de vida eterna, y que hasta sentía necesidad de alguna clase de redención, aunque las formas de obtenerla no fueran las correctas.
Los cristianos no estamos de acuerdo con su razonamiento para alcanzar dicho blanco, pues ellos pensaban que podían lograrlo por la magia o apaziguando los dioses mediante los sacrificios de personas y animales, y otros ritos paganos, algunos de los cuales eran inmorales.
Sin embargo, reconocemos el hecho de que los registros antiguos contienen clara evidencia de que los principios morales de la Biblia, expresados en el Decálogo, eran conocidos por el hombre en los mismos albores de la historia de este mundo.
Los cristianos no estamos de acuerdo con su razonamiento para alcanzar dicho blanco, pues ellos pensaban que podían lograrlo por la magia o apaziguando los dioses mediante los sacrificios de personas y animales, y otros ritos paganos, algunos de los cuales eran inmorales.
Sin embargo, reconocemos el hecho de que los registros antiguos contienen clara evidencia de que los principios morales de la Biblia, expresados en el Decálogo, eran conocidos por el hombre en los mismos albores de la historia de este mundo.