En 1911, Alfred Jeremias escribió que hubiera sido más fácil para los eruditos de nuestro siglo XX - familiarizados con la historia de Oriente por medio de las excavaciones arqueológicas de las últimas décadas – escribir las historias de los patriarcas, que para un hombre que vivió en los tiempos de Ezequías, porque este hombre no había tenido acceso a los documentos primitivos de los tiempos patriarcales.
Este mismo erudito señaló que el trasfondo de las historias de los patriarcas concuerda en todos los detalles con la antigua civilización de Oriente de ese periodo, como queda atestiguado por los monumentos, y dice: “Si Abrahán vivió, pudo haber sido únicamente en el ambiente y bajo las condiciones descritos en la Biblia”.*
Este era el estado del conocimiento histórico de la época patriarcal que existía cuando estalló la Primera Guerra Mundial. Durante esa gran conflagración, el gran egiptólogo Alan H. Gardiner descifró las inscripciones en piedra, descubiertas cerca del monte Sinaí diez años antes. Gardiner halló que estas inscripciones, producidas en los primeros años del segundo milenio a. C. habían sido escritas por semitas, y constituían el más antiguo texto alfabético en existencia.
Este descubrimiento – que marcó época – mostraba sin duda que la invención del alfabeto escrito había tenido lugar muchos siglos antes de lo que se había creído. Además, estas inscripciones revelaron que no habían sido los antiguos fenicios los inventores del alfabeto, sino los cananeos del sur de Palestina, quienes trabajaban como mineros para los egipcios en las minas de cobre y turquesa de la península de Sinaí.
Desde este primer descubrimiento de documentos alfabéticos, han sido descubiertos muchos más textos en la misma escritura en el Sinaí y en la parte sur y central de Palestina, probandose así que la Escritura alfabética era ampliamente usada, por lo menos, desde el siglo XVI a. C. en adelante.**
----------
* Alfred Jeremias, The Old Testament in the Light of the Ancient East, (Nueva York, 1911), vol. 2, p. 45.
** W. F. Albright, The Proto-Sinaitic Inscriptions and Their Decipherment (Cambridge, Mass., EE.UU., 1966), pp. 1-9.
Este era el estado del conocimiento histórico de la época patriarcal que existía cuando estalló la Primera Guerra Mundial. Durante esa gran conflagración, el gran egiptólogo Alan H. Gardiner descifró las inscripciones en piedra, descubiertas cerca del monte Sinaí diez años antes. Gardiner halló que estas inscripciones, producidas en los primeros años del segundo milenio a. C. habían sido escritas por semitas, y constituían el más antiguo texto alfabético en existencia.
Este descubrimiento – que marcó época – mostraba sin duda que la invención del alfabeto escrito había tenido lugar muchos siglos antes de lo que se había creído. Además, estas inscripciones revelaron que no habían sido los antiguos fenicios los inventores del alfabeto, sino los cananeos del sur de Palestina, quienes trabajaban como mineros para los egipcios en las minas de cobre y turquesa de la península de Sinaí.
Desde este primer descubrimiento de documentos alfabéticos, han sido descubiertos muchos más textos en la misma escritura en el Sinaí y en la parte sur y central de Palestina, probandose así que la Escritura alfabética era ampliamente usada, por lo menos, desde el siglo XVI a. C. en adelante.**
----------
* Alfred Jeremias, The Old Testament in the Light of the Ancient East, (Nueva York, 1911), vol. 2, p. 45.
** W. F. Albright, The Proto-Sinaitic Inscriptions and Their Decipherment (Cambridge, Mass., EE.UU., 1966), pp. 1-9.